Todo procedimiento médico mínimamente invasivo requiere de la firma de un consentimiento informado por parte del paciente. En este consentimiento nosotros los anestesiólogos explicamos el procedimiento anestésico al que va a someterse, informamos de los posibles riesgos que el mismo conlleva y se deja constancia por parte del paciente de que ha entendido las explicaciones recibidas y que puede revocar ese permiso en cualquier momento previo a la sedación, incluso minutos antes.
La medicación administrada durante la sedación tiene una vida media corta y sus efectos desaparecen de forma rápida. Por ello el paciente hacia el final del procedimiento ya está totalmente consciente y colaborador. El paciente permanece en la clínica unos 30 minutos después del procedimiento y es dado de alta a su domicilio bajo la supervisión del anestesiólogo. El traslado a su domicilio debe realizarse con su acompañante. No es recomendable que el paciente conduzca, ingiera bebidas alcohólicas y realice actividades potencialmente peligrosas al menos durante 12 horas posteriores a la finalización de la sedación.
El dolor será mínimo o inexistente durante las primeras 24 horas gracias a la infiltración realizada por el odontólogo en la cavidad oral y los analgésicos y antiinflamatorios que le administraremos vía endovenosa. Posteriormente deberá seguir la pauta analgésica vía oral que la clínica le recomendará.
SEDATIUM realiza exclusivamente sedaciones endovenosas. Es la mejor técnica para garantizar un perfecto y eficaz estado de confort en los pacientes con miedo al dentista.
La sedación endovenosa es un procedimiento dinámico y modulable en el que el nivel de hipnosis se puede elevar o disminuir durante la sedación en función de las necesidades del paciente y del odontólogo. Se denomina “sedación consciente” porque se necesita en determinados momentos del tratamiento de la colaboración activa del paciente para abrir bien la boca o realizar una correcta mordida. Los fármacos que utilizamos tienen un importante efecto amnésico residual que es muy beneficioso para los pacientes, ya que eliminan los recuerdos del tratamiento realizado bajo sedación.
Los fármacos que utilizamos son una combinación de hipnóticos y ansiolíticos con un rápido inicio de efecto y una rápida metabolización. Estas características favorecen que los pacientes al finalizar el tratamiento odontológico se puedan trasladar a su domicilio con un nivel de conciencia casi normal. Eso sí, deben trasladarse acompañados de algún amigo, familiar o pareja para evitar algún tropiezo y caída.
Totalmente. El grado de sedación adecuado en odontología es un grado moderado porque se necesita de la colaboración del paciente. Debido a ello las funciones respiratorias y cardiovasculares no se alteran de forma importante. Además durante la sedación suplementamos con oxigenoterapia al paciente para un mayor margen de seguridad respiratoria. También realizamos una monitorización de las constantes del paciente (Tensión Arterial, Frecuencia Cardíaca, Electrocardiograma, Frecuencia Respiratoria y Saturación periférica de Oxígeno) de forma continua que nos permiten tener un control global del paciente en todo momento.
El anestesiólogo está presente siempre durante la sedación y nuestra formación y experiencia hospitalaria nos permite actuar inmediatamente en caso de alguna alteración importante del estado de salud del paciente. Llevamos todo el material necesario para actuar en caso de complicaciones graves.
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