Las técnicas de sedación tienen ya un largo recorrido en el sector odontológico. Pero, a pesar de ello, todavía existe un cierto desconocimiento sobre ellas en la población. Vamos a intentar “desmitificar” algunos conceptos y aclarar dudas.
Primero informar que alrededor de un 15% de los pacientes que acuden al dentista tienen un cierto grado de ansiedad o miedo ante la realización de los tratamientos odontológicos.
- La sedación se puede aplicar por vía oral, endovenosa y por vía inhalatoria con iguales resultados.
Definitivamente NO.
Para SEDATIUM, la sedación endovenosa tiene muchos más beneficios para los pacientes, por lo que todos nuestros tratamientos se realizan exclusivamente con esta técnica, garantizando un perfecto y eficaz estado de confort en los pacientes.
La sedación endovenosa es un procedimiento rápido, dinámico y modulable en el que el nivel de hipnosis se puede profundizar o superficializar durante la sedación en función de las necesidades del paciente y del odontólogo. Se denomina “sedación consciente” porque se necesita en determinados momentos del tratamiento de la colaboración activa del paciente para abrir bien la boca o realizar una correcta mordida. Es en definitiva una sedación de carácter moderado.
En la sedación moderada endovenosa no se precisa de manipulación de la vía aérea del paciente y permite además administrar otros fármacos (analgésicos, antibióticos, corticoides, antieméticos, etc) que consiguen que el postoperatorio sea más confortable y con menor inflamación y dolor.
Además, los fármacos que utilizamos tienen un importante efecto amnésico residual que es muy beneficioso para los pacientes, ya que eliminan los recuerdos del tratamiento realizado bajo sedación.
La sedación inhalatoria con óxido nitroso y la sedación con fármacos orales se queda en un nivel de sedación leve, sin un grado de confort y relajación tan importante y satisfactorio como la sedación endovenosa.
- La sedación consciente es muy similar a la anestesia local.
Absolutamente NO.
La anestesia local es la aplicación, mediante una inyección, de anestésicos locales en una determinada zona de la boca por parte del odontólogo. Estos fármacos provocan una insensibilidad de la zona donde trabajará el odontólogo consiguiendo una ausencia de dolor durante el tratamiento. Los anestésicos locales tienen una función anestésica local, de ahí la confusión con la sedación.
La sedación consciente es una técnica administrada vía endovenosa por el anestesiólogo. Se administran una combinación de ansiolíticos e hipnóticos que disminuyen leve o moderadamente el nivel de consciencia del paciente, le llevan a un estado de ligera hipnosis, relajación, confort y desconexión del entorno que le rodea. Con esta técnica el paciente no tendrá ningún recuerdo negativo ni estresante del tratamiento odontológico al que se somete. El efecto de la sedación se centra en el Sistema Nervioso Central del paciente.
- La sedación consciente no es apta para niños.
Esto es una afirmación TOTALMENTE FALSA
Los niños son igual o incluso más susceptibles a experimentar miedo ante su visita al dentista.
En niños muy pequeños (< 5 – 6 años), muchas veces la sedación no puede ser consciente, sino todo lo contrario (inconsciente) ya que la inmovilidad del niño/a es necesaria para la realización de los tratamientos.
En el caso de niños un poco más mayores (alrededor de los 10 años) puede ser factible realizar una sedación consciente junto con una perfecta infiltración con anestésicos locales de la zona de la boca a tratar.
La vía endovenosa es la más práctica y eficaz para administrar los fármacos sedantes en niños.
- Después de la sedación el paciente no recuerda nada
La sedación consciente, además de otros muchos beneficios, tiene un efecto amnésico sobre el paciente.
La amnesia anterógrada es un efecto que se asocia al uso de Benzodiazepinas durante la sedación.
Este tipo de amnesia consiste en una incapacidad en recordar lo que va sucediendo, es decir, el paciente no tiene memoria a corto plazo y se olvida en unos segundos de lo que ha sucedido. A pesar de que el paciente parece parcialmente despierto, a posteriori de la cirugía con sedación tendrá lagunas amnésicas de los que sucedió durante la misma.
Es un efecto muy interesante en los pacientes con elevado nivel de ansiedad ante su visita al odontólogo. Se convierte en un “refuerzo positivo” en confiar y proseguir con los tratamientos odontológicos, ya que las malas experiencias desaparecen de su memoria.
- A pesar de la sedación, el paciente sí que puede sentir ciertas molestias o dolor durante la intervención.
Esta afirmación puede ser VERDADERA, aunque con matices.
La existencia de infecciones en la boca (flemones, gingivitis avanzada, caries con afectación del nervio) pueden provocar un efecto errático tras la inyección de anestésicos locales y pueden no insensibilizar completamente la zona afectada por dicha infección.
Normalmente los odontólogos intentan tratar con antibióticos estas infecciones y planificar el tratamiento odontológico de forma diferida tras unos días de tratamiento antibiótico. Pero en ocasiones la “urgencia” de una afectación dental puede llevar a realizar un tratamiento odontológico con una infección activa del paciente. En estos casos en ocasiones puede existir cierto riesgo de dolor en el paciente.
La sedación no elimina el dolor del paciente, pero SÍ su percepción y su recuerdo. Por eso en estos tratamientos urgentes una sedación puede ser muy útil para no generar un mal recuerdo en el paciente que pueda desencadenar una importante aversión a su visita al dentista.
- Como con cualquier tipo de anestesia, la sedación puede tener ciertos riesgos
CIERTO.
Todo acto médico no está exento al 100% de riesgos. Y las sedaciones no son una excepción.
La valoración del riesgo individualizado de cada paciente se realiza con un correcto pre-operatorio, que realiza el anestesiólogo analizando los antecedentes médicos del paciente, la medicación crónica, las alergias, los hábitos tóxicos y los parámetros antropométricos del paciente (edad, sexo y peso).
La sedación consciente es un acto anestésico CON UNA SEGURIDAD ELEVADA. El grado de sedación es moderado y debido a ello las funciones respiratorias y cardiovasculares del paciente no se alteran de forma importante.
Además, durante la sedación suplementamos con oxigenoterapia al paciente para un mayor margen de seguridad respiratoria. También se realiza una monitorización de las constantes del paciente (Tensión Arterial, Frecuencia Cardíaca, Electrocardiograma, Frecuencia Respiratoria y Saturación periférica de Oxígeno) de forma continua que se tiene un control global del paciente en todo momento. Y por supuesto el anestesiólogo está presente en todo momento durante la sedación.
En el caso de SEDATIUM, nuestra formación y experiencia hospitalaria nos permite actuar inmediatamente en caso de alguna alteración importante del estado de salud del paciente.
- Cualquier médico puede realizar la sedación
TOTAL y ABSOLUTAMENTE FALSO.
Al igual que en ODONTOLOGÍA existen diferentes sub-especialidades (endodoncista, prostodoncista, ortodoncista, implantólogo, etc) en MEDICINA ocurre exactamente igual.
El ANESTESIÓLOGO es un médico que, tras acabar los estudios universitarios de medicina, realiza una formación como especialista durante 4 años. Y en esa formación es donde adquiere los conocimientos, las capacidades y la experiencia necesaria para garantizar un trabajo serio, eficaz y seguro.
La sedación endovenosa consiste en una disminución del nivel de consciencia del paciente en grado leve, moderado o profundo. Los fármacos utilizados en las sedaciones pueden provocar apnea en el paciente (dejar de respirar). Los médicos que tienen un mejor y alto conocimiento de los fármacos sedantes y que tienen un perfecto dominio en el manejo de la vía aérea son los anestesiólogos. Ser sedado por un anestesiólogo es sinónimo de SEGURIDAD. Ser sedado por un médico de otra especialidad puede poner en riesgo la vida del paciente.
Todo el equipo de SEDATIUM está formado por médicos Anestesiólogos Hospitalarios con amplia experiencia profesional. Garantizamos confort y total seguridad en nuestros actos anestésicos.