¿Existe algún tipo de riesgo en los tratamientos con sedación?

agosto 30, 2022
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Como la mayoría de tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas, los tratamientos con sedación consciente no están libres de riesgo al 100%.

Por ello, es necesario realizar una valoración pre-anestésica del paciente y tener en cuenta ciertos factores que nos permitan establecer la relación entre los posibles riesgos, por mínimos que sean, y el beneficio para el paciente.

En nuestro nuevo artículo de blog vamos a profundizar en los posibles riesgos asociados y los parámetros que seguimos para realizar esta evaluación previa a la anestesia.

¿Cómo se evalúa si un paciente es apto para la sedación consciente?

En primer lugar, cuando un paciente va a someterse un tratamiento para el cual se opta o recomienda la sedación consciente, es necesario que realicemos una evaluación teniendo en cuenta varios factores que nos permitan establecer la relación “riesgo-beneficio” de la intervención y el tipo de anestesia. Es la llamada “Valoración Pre-anestésica (VPA)” y debe ser realizada por los propios anestesiólogos responsables.

Además, todo ello debe ser transmitido al paciente para que conozca los posibles riesgos, y para que rellene su consentimiento para la intervención. Esto se hace mediante la firma del llamado consentimiento informado.

Con dicho documento, el paciente ejerce el principio de Autonomía a decidir libremente sobre su tratamiento, cumpliéndose así la Ley de Autonomía del paciente del año 2002. En determinadas circunstancias (menores de edad, discapacidad mental o riesgo vital de la vida del paciente) este consentimiento puede ser otorgado por la familia y no por el propio paciente.

El consentimiento no exime al profesional sanitario de la realización de una correcta praxis médica o negligencias. Es un documento totalmente reversible en cualquier momento por parte del paciente.

Este documento es imprescindible tanto legal como jurídicamente en el ejercicio de nuestra profesión, por ello es vital que los profesionales de la salud conozcan de primera mano la importancia que conlleva la firma del mismo ante los efectos adversos que se pudieran originar en la práctica asistencial.

¿Qué factores se tienen en cuenta en la Valoración Pre-Anestésica?

Como hemos mencionado, la Valoración Pre-Anestésica (VPA) es el protocolo de estudio que permite la evaluación del estado físico y riesgo del paciente. De esta forma podemos establecer un plan de sedación consciente de acuerdo con su análisis y, de ser posible, respetar la preferencia del paciente.

Los factores que forman parte de esta valoración para preservar la seguridad del paciente de cara a la sedación consciente son los siguientes:

  • Edad
  • Sexo
  • Peso y altura.
  • Valoración de Índice de Masa Corporal (IMC).
  • Alergias medicamentosas o alimenticias.
  • Enfermedades crónicas del paciente.
  • Intervenciones quirúrgicas previas.
  • Tratamientos médicos que tome el paciente.
  • Hábitos tóxicos que el paciente consuma (tabaco, alcohol, drogas).
  • Estado físico del paciente (capacidad funcional, estado cardiovascular, función respiratoria, discapacidades físicas, dificultad del manejo de la vía aérea, estado nutricional, etc) y grado de autonomía (higiene, alimentación, deambulación).
  • Exploración física (auscultación cardio respiratoria, palpación abdominal, valoración de extremidades en búsqueda de edema, úlceras, mala circulación…).
  • Exploraciones complementarias (ECG, analítica, pruebas de imagen: radiología, TAC, RMN, ecografías, pruebas de esfuerzo…).

Factores a valorar dentro del propio tratamiento de cirugía:

  • Duración de la intervención.
  • Tipo de cirugía y sobre qué órganos vitales puede afectar.
  • Riesgo hemorrágico de la cirugía.
  • Si la cirugía es de carácter urgente o programada.
  • Valoración de las necesidades analgésicas postoperatorias de la cirugía.
  • Valoración de la necesidad de unos cuidados postoperatorios más o menos intensivos.

¿Qué valoraciones debemos hacer con el resultado obtenido?

La valoración de todos estos parámetros nos indicará la información suficiente para poder establecer donde se ubica el paciente dentro de la llamada “Escala ASA (American Society of Anaesthesiologists)”

La utilización de esta escala de riesgo nos permite establecer una valoración de la gravedad del acto quirúrgico-anestésico.

La clasificación es la siguiente:

  • ASA I. Paciente sano. Sin enfermedades y con una capacidad funcional sin limitaciones.
  • ASA II. Paciente con enfermedad sistémica leve y estable que no afecta a la capacidad funcional estándar.
  • ASA III. Paciente con enfermedad sistémica grave y estable que SÍ afecta a la capacidad funcional del paciente, pero NO es incapacitante.
  • ASA IV. Paciente con enfermedad sistémica grave, descompensada e incapacitante que puede poner en peligro la vida del paciente.
  • ASA V. Paciente moribundo. Con una enfermedad sistémica que afecta a varios órganos o sistemas y que no responde al tratamiento y que condicionarán la muerte del paciente en un periodo corto de tiempo.
  • ASA VI. Paciente en estado de muerte encefálica. Posible donante de órganos.

 

No debemos olvidar que, además, la Valoración Pre-Anestésica (VPA) también tiene como función realizar una optimización del paciente antes de someterse a la intervención quirúrgica:

  • Modificación, suspensión o implementación de tratamientos.
  • Mejorar el estado anémico o nutricional del paciente.
  • Mejorar el estado físico del paciente (pérdida de peso, mejoría de la masa muscular, suspensión de hábitos tóxicos)

El paciente ideal para las sedaciones conscientes en odontología es el paciente ASA I – II.

No obstante, también se realizan sedaciones en pacientes ASA III tras realizar una valoración más exhaustiva del estado de salud del paciente.

Desde SEDATIUM hemos elaborado un cuestionario médico que aborda de forma rápida y concisa los aspectos más importantes del estado de salud del paciente. Esto nos permite establecer esta valoración inicial dentro del ASA.

En una segunda instancia, y para verificar y asegurar la información obtenida en pro de la seguridad del paciente, contrastamos vía telefónica con el paciente las cuestiones abordadas en el cuestionario, resolvemos posibles dudas y valoramos si es necesaria una visita presencial con el anestesiólogo.

 

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