ANESTESIA significa etimológicamente “sin sensación” o “sin sensibilidad”, que NO es lo mismo que ANALGESIA que significa “ausencia de dolor”. Por tanto, un acto anestésico es la pérdida de sensibilidad y consciencia que experimente el cuerpo humano a consecuencia de la actuación de una serie de medicamentos.
Se considera que la anestesia nació en el S.XIX con el descubrimiento de los gases anestésicos. Se atribuye a Horace Wells, dentista de Connecticut, el primer uso de óxido nitroso para extraer piezas dentarias en 1844. Su colega William Morton demostró en 1846 la eficacia del éter como anestésico general y en 1853 John Snow aplicó el cloroformo en el parto a la reina Victoria de Inglaterra. Pero el verdadero desarrollo de las técnicas anestésicas, se realizó a principios del S.XX tras el descubrimiento de nuevos gases anestésicos (halotano) y el descubrimiento de los barbitúricos (tiopental). Es por tanto, una especialidad médica jóven y reciente.
El desarrollo de la anestesia en el S. XX supuso una gran revolución para la cirugía, ya que permitió realizar y evolucionar mucho las técnicas quirúrgicas, al tener al paciente “dormido” con una menor mortalidad. En España se constituyó en 1953 la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (S.E.D.A.R). El hecho de que hoy en día, la práctica de la anestesia y de sedaciones profundas tenga un altísimo margen de seguridad, no es una casualidad. Si revisamos la literatura científica, la mortalidad atribuida a la anestesia en el año 1960, era de 1 fallecimiento por cada 1.000 anestesias realizadas. Sin embargo, en la década de 2020, la mortalidad de causa anestésica se ha reducido a menos de 1 fallecimiento por cada 100.000-150.000 anestesias.
Actualmente para ser Anestesiólogo, se debe cursar la carrera universitaria de medicina de 6 años de duración y posteriormente realizar una especialización médica a nivel hospitalario que en el caso de la Anestesiología es de 4 años. Total 10 años de formación. En este periodo de formación los “Residentes” (así se denominan a los médicos que están aprendiendo una especialidad médica) adquieren los conocimientos y habilidades específicas y necesarias para desarrollar con total eficacia y seguridad el desarrollo de las diferentes técnicas anestésicas en las múltiples áreas de trabajo en las que participamos:
- Área quirúrgica. Nos encargamos de la optimización del paciente durante todo el periodo Realizamos la valoración pre-operatoria valorando el riesgo anestésico y optimizando posibles enfermedades que tenga el paciente (anemia, arritmias, función pulmonar, hipertensión arterial, etc). Estamos presente en todas las intervenciones quirúrgicas manteniendo la homeostasis del paciente, manteniendo una correcta hipnosis,
minimizando el estrés de la agresión quirúrgica, proporcionando analgesia al paciente y resolviendo las posibles complicaciones intraoperatoria que puedan aparecer. Y por supuesto también estamos presentes en las áreas de recuperación postoperatoria controlando la buena evolución de los pacientes antes de su alta a unidad de hospitalización o bien a su domicilio si la cirugía es ambulatoria.
- Atención al paciente crítico. Somos los responsables del área de REANIMACIÓN, una unidad de cuidados intensivos para los pacientes En estas unidades ingresan los pacientes que necesitan unos cuidados y una monitorización más intensa debido a que tienen patologías de base importantes, que la intervención quirúrgica es muy prolongada o agresiva o bien que presentan complicaciones graves que inestabilizan al paciente (ventilación mecánica, inestabilidad hemodinámica, sepsis, etc).
- Analgesia y soporte en área obstétrica. Nos encargamos de la analgesia para el trabajo de parto y también de estar presentes realizando las técnicas anestésicas más adecuadas en las cirugías de cesareas.
- Tratamiento del dolor crónico. Si consideramos que una de las funciones básicas de nuestra especialidad es la abolición del dolor de los pacientes, nos hemos especializado tanto en el dolor agudo postoperatorio como en el dolor crónico que algunos pacientes padecen, desarrollando técnicas y procedimientos para el alivio y mejoría de este dolor.
- Reanimación Cardiopulmonar. Formamos parte de los equipos médicos que se activan intrahospitalariamente en caso de que algún paciente presente un paro cardíaco. Conocemos a la perfección las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) y somos expertos en el manejo de la vía aérea e intubación.
- Sedaciones endovenosas para procedimientos diagnósticos o terapéuticos. Este área de trabajo se ha extendido enormemente en las últimas décadas, debido a que los pacientes solicitan estar confortables y seguros en múltiples procedimientos médicos diagnósticos o terapéuticos.
Nuestra especialidad está centrada en el ambiente quirúgico del paciente aunque no de forma exclusiva. La necesidad de un anestesiólogo para la atención del paciente fuera del área quirúrgica está en constante aumento:
- PROCEDIMIENTOS DIAGNOSTICOS:
- Área de de radiodiagnóstico y medicina nuclear. Tomografía computerizada (TAC), Resonancia magnética (RMN), Tomografía por emisión de positrones (PET, SPECT)
- Área de Endoscopia digestiva.
- Punción lumbar
- Punción medular
- Biopsia muscular
- PROCEDIMIENTOS TERAPEÚTICOS:
- Cardioversión
- Terapia electroconvulsiva (TEC)
- Endoscopia digestiva
- Radioterapia
- Radiología intervencionista Neurológica. Embolización de aneurismas cerebrales, embolización de malformaciones arterio-venosas y fistulas durales
- Procedimientos vasculares. Angioplastias y stent carotideo, test de oclusión, angioplastias, trombolisis intraarterial
- Vertebroplastias
- Procedimientos hepáticos. Dilatación y stent biliar, alcoholización y radiofrecuencia hepática
- Radiofrecuencia pulmonar
- Embolización miomas uterinos
- Cateterismos cardíacos
- Sutura de desgarros cutáneos, colocación de vía central, reducción de fracturas
- Procedimientos odontológicos
- Procedimientos maxilofaciales
El nivel de sedación que estos múltiples procedimientos requieren va desde la “sedación leve” (ansiolisis) hasta una “sedación profunda” que muchas veces roza la barrera de la anestesia general. Incluso en algunos de ellos se debe realizar una “anestesia general” con intubación del paciente y soporte ventilatorio con ventilación mecánica.
Los profesionales sanitarios que manejen sedaciones moderadas o profundas tienen que ser capaces de rescatar al paciente de un estado de sedación mayor al deseado y que puede llegar a ser el de anestesia general. Por lo tanto, estos profesionales han de saber manejar la via aerea comprometida, la oxigenación y ventilación inadecuadas así como las situaciones de inestabilidad hemodinámica. Sin lugar a dudas estos profesionales son los ANESTESIÓLOGOS. Este hecho es fundamental para disminuir la posible morbi-mortalidad asociada, debiendo ser el nivel de vigilancia del paciente igual al que exigimos cuando trabajamos en el quirófano.
Por lo tanto, cualquier paciente que vaya a someterse a una intervención quirúrgica o bien a uno de los numerosos procedimientos diagnósticos o terapéuticos que se
realizan bajo sedación endovenosa, debe exigir que la técnica anestésica que se le vaya a aplicar la realice un MÉDICO ANESTESIÓLOGO. Que otros profesionales sanitarios (médicos de otras especialidades o enfermería) realicen técnicas anestésicas (sedaciones endovenosas) supone una merma en la calidad y en la seguridad del paciente.
Los médicos especialistas en Anestesiología son los que mejor se han formado para tener las habilidades en el manejo de la vía aérea (ventilación e intubación), habilidades en la canalización de vías periféricas y vías centrales, en el manejo hemodinámico del paciente (hipertensión, hipotensión) y en la resolución de complicaciones que durante un acto anestésico puedan aparecer (arritmias, embolias, hemorragia, etc). El paciente debe exigir ser anestesiado única y exclusivamente por un ANESTESIÓLOGO para obtener la mejor y mayor eficacia, eficiencia y seguridad en el acto anestésico.
Conocer a tu anestesiólogo es sinónimo de SEGURIDAD.